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Abogados Postapocalíticos

Actualizado: 15 sept 2020

La creatividad como antídoto


La humanidad ha experimentado múltiples episodios históricos que han resultado ser determinantes en su devenir, desde guerras, desastres naturales, treguas, revoluciones, grandes invenciones, entre otras, que en el mejor de los casos, pero no en todos, han supuesto puntos de inflexión y desafiado nuestro entendimiento como especie. 


Este ha sido el caso, en lo que atañe al futuro de los abogados postapocalípticos, del surgimiento de tecnologías digitales que han convergido para la transformación, y en algunos casos para la esclavización, de las sociedades. El ejercicio de la creatividad se materializado en múltiples disrupciones que desde la aparición del Homo Sapiens, diversas en sus efectos y no gratuitamente denominadas revoluciones, han volcado múltiples veces la dinámica social. Corolario de esto la revolución del conocimiento, la revolución agrícola, la revolución científica, la revolución industrial, la cuarta revolución. 


En los últimos meses hemos experimentado un evento sin precedentes en cada una de las vidas de las personas que hoy habitamos el mundo. Se ha gestado, en la vida de los más privilegiados, el escenario perfecto para las reflexiones y existencialismos que quizás incidan en la forma de relacionarnos como sociedad y coexistir con el ambiente, experimentamos como sociedad una sensibilidad especial al cambio, impulsada, en la mayoría de los casos, por las consecuencias económicas devastadoras de la pandemia y la cercanía de la muerte. Nos encontramos entonces, en caso de supervivencia, en el laboratorio perfecto para nuevas creaciones. 


Si bien aún estamos ante un panorama ciertamente incierto y en el que hacer predicciones puede resultar inútil, sí es claro que la creatividad jugará un papel importante, ahora más que nunca, en el entendimiento del otro y del entorno, en el ejercicio de las profesiones y en la actividad económica. Rescatemos de la historia las enseñanzas de aquellos grandes del pasado, inyectemosle un nuevo aire, más humanizador y transformador, a las necesidades del presente. 

No siendo nada diferente a lo ya señalado en múltiples fuentes oficiales, extraoficiales y extraterrestres, lo que ha sido llamado la segunda crisis económica más grande después de la Gran Recesión, tendrá que ser paliada y combatida desde múltiples frentes, no solo mediante la gracia de la creatividad entendida en pocos términos como la capacidad de generar nuevas ideas y conceptos, sino con robustas políticas públicas, la potencialización de los derechos, la concienciación de los propósitos y del ambiente y, sí, transparencia en la gestión de los recursos y en el ejercicio profesional. 


Los abogados y abogadas entonces, nos vemos ante un panorama en el que las fórmulas tradicionales tienen que ser replanteadas, sino abolidas, y en el que tendrán que conciliarse, ahora sí, la esencia social y pública del ejercicio del Derecho, con la búsqueda y propulsión de los intereses privados, que a nuestro juicio, más que tratarse de una utopía, es solo una apuesta por la justicia.

Cuando hablamos de replantear las fórmulas tradicionales, desde hace algunos años se han puesto sobre la mesa conceptos que en un principio sonaban extraños y lejanos a la profesión jurídica, tales como disrupción, reinvención e innovación. Estos conceptos ya han dejado de ser disruptivos, reinventivos e innovadores y ahora son la convención. Sin embargo, la esencia de los mismos sigue estando llamada a ser rescatada e incorporada en nuestro ejercicio, a ser tomada en serio. 


Ahora que somos abogados y abogadas color naranja, púrpura o azul, y que, finalmente hemos entendido la impermanencia de las cosas y las bondades de la mutabilidad, si no es este el momento para hacerlo, entonces no es claro cuál. Estamos ante la excusa perfecta de pasar del dicho al hecho y sacar a relucir las cualidades y características del abogado postapocalíptico.


En un mundo que ha sobrevivido, en el que el ecosistema Legaltech a diferencia de otros ecosistemas, se ha fortalecido, y en el que toma fuerza la interdisciplinariedad de los procesos, la participación de múltiples jugadores en los asuntos jurídicos y en general el desarrollo de herramientas tecnológicas pensadas para facilitar la prestación de los servicios legales, deberán emerger cualidades, habilidades, aptitudes y capacidades, a las que habrá que hacer Zoom para el ejercicio del derecho en un nuevo mundo.  


Veremos caminando por el mundo entonces, abogados y abogadas, que miran a su alrededor, más empáticos,  sin miedo a los riesgos y desafíos del emprendimiento, flexibles, robustos en sus  conocimientos en Derecho, con un pensamiento original y revolucionario, interdisciplinario, conciliador, curioso y creativo en la proposición de alternativas y vehículos jurídicos que generen valor, no solo al gestor de la idea, sino también, a la sociedad y a aquellos que no tuvieron la suerte de reinventarse en medio del apocalipsis.

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